129. EL EXTRAVAGANTE SEÑOR DYER. David Gilbert.
David Gilbert.
Terminé a duras penas esta novela de 500 páginas. Un galimatías. Una decepción. La historia nunca cuaja. La prosa es simple, llena de lugares comunes. Lo que sí abunda es la aceptación tácita y activa del uso de las drogas. que refleja bien el nivel de decadencia de la sociedad norteamericana y del autor.
Comprobé que con este escritor sucede lo que había dicho el otro día. El esquema echa a perder la obra. La novela podría haber salido redonda si el autor se hubiera limitado a una trama lineal, sin distractores. Pero no. Eso le sucede a los jóvenes. El autor divaga. Al inicio de cada capítulo hay una cosa muy extraña, como fragmentos de cartas entre dos de los amigos principales de la trama, que no aporta nada a la novela y yo me los brinqué olímpicamente. No intenten leerlos, están fuera de todo tono o trama. Además, están presentados con letra pequeñísima. Todo un sufrimiento.
Ahí no paró la cosa. Además, tramas adicionales de los hijos del personaje epónimo, que tratan de agregar mayor dramatismo o vida. Hay una especialmente buena que se queda en el aire.
El final es de lo peor. Efectista, sacada de la manga, casi pueril.
En fin. Esta obra no es recomendable ni para tus enemigos.
La literatura gringa con este autor va a la deriva.
Terminé a duras penas esta novela de 500 páginas. Un galimatías. Una decepción. La historia nunca cuaja. La prosa es simple, llena de lugares comunes. Lo que sí abunda es la aceptación tácita y activa del uso de las drogas. que refleja bien el nivel de decadencia de la sociedad norteamericana y del autor.
Comprobé que con este escritor sucede lo que había dicho el otro día. El esquema echa a perder la obra. La novela podría haber salido redonda si el autor se hubiera limitado a una trama lineal, sin distractores. Pero no. Eso le sucede a los jóvenes. El autor divaga. Al inicio de cada capítulo hay una cosa muy extraña, como fragmentos de cartas entre dos de los amigos principales de la trama, que no aporta nada a la novela y yo me los brinqué olímpicamente. No intenten leerlos, están fuera de todo tono o trama. Además, están presentados con letra pequeñísima. Todo un sufrimiento.
Ahí no paró la cosa. Además, tramas adicionales de los hijos del personaje epónimo, que tratan de agregar mayor dramatismo o vida. Hay una especialmente buena que se queda en el aire.
El final es de lo peor. Efectista, sacada de la manga, casi pueril.
En fin. Esta obra no es recomendable ni para tus enemigos.
La literatura gringa con este autor va a la deriva.
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