71. CLAUDIO ORONOZ.


Rubén M. Campos.

Este librito lo reciclé de por ahí.

Ya he dicho que no me gusta mucho la literatura del siglo XIX y ya vi porqué. Este es un buen ejemplo, prosa muy recargada, cansina. Creo que es porque ya está algo alejada de nuestra realidad. Por otra parte, la novela es interesante porque relata sobre una capital mexicana que ya no existe.

Es el fin del siglo porfirista y el escritor refleja una sociedad pudiente en plena decadencia. Bacanales, paseos por Reforma, desfiles, comidas, retozos con las chicas. Los protagonistas son unos auténticos ninis y todavía no se asoman los barruntos de "la bola".

La trama es sencilla, un joven llega a la ciudad de México desde la provincia y se encuentra con algunos viejos conocidos. En especial el del nombre de la novela, quien sufre una enfermedad terminal. Las últimas 10 páginas del libro valen por el resto.

Me gustó. Las descripciones de un país y una ciudad que hace rato quedaron enterrados.

No me gustó. Lo farragoso, lo verdaderamente melcochoso.




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