63. COLOR. A NATURAL HISTORY OF THE PALETTE
Victoria Finlay
Mandé comprar este libro que todavía no anda en México y está muy bueno. Creo que es de los primeros en inglés que sí termino (unas 400 páginas).
El libro es muy a la gringa, aunque la autora en realidad es inglesa.
Como su nombre lo indica, trata de historias relacionadas con el descubrimiento o invención de los colores que se usan en las diversas actividades de la gente, desde pinturas, dibujos y telas hasta pinturas de edificios.
Interesante ver cómo la gente pagaba fortunas por algunos pigmentos o tintas, cómo eran difíciles de conseguir o procesar y cómo con la dichosa modernidad todo se fue al traste, porque con los nuevos procesos industriales varios de los tintes se obtenían muchos más baratos y con buena calidad (siglos 18 a 20). La demanda de colores naturales cayó fuertemente.
Algo que noté, además del tono a veces poético de la narración, es que la autora todo lo ve desde una óptica imperial y así sus fuentes de información son preponderantemente de la metrópoli y de sus ex-colonias (Australia, India, etc).
Otro punto es que involuntariamente la autora nos da un recuento minucioso de cómo los súbditos del Imperio trataron a toda costa de robar o sustraer en varios puntos del mundo los secretos de la preparación u obtención de los pigmentos, dado su alto valor en el mercado. Esa expoliación continúa hoy en día con las estrategias para apropiarse de conocimientos ancestrales de pueblos originarios relativos a muchos campos como puede ser los diseños de artesanías, los usos de plantas medicinales, etc.
Me gustó. Las historias y los procesos, así como los usos de los colores.
No me gustó. A veces es reiterativa y puede ser chocante.
Mandé comprar este libro que todavía no anda en México y está muy bueno. Creo que es de los primeros en inglés que sí termino (unas 400 páginas).
El libro es muy a la gringa, aunque la autora en realidad es inglesa.
Como su nombre lo indica, trata de historias relacionadas con el descubrimiento o invención de los colores que se usan en las diversas actividades de la gente, desde pinturas, dibujos y telas hasta pinturas de edificios.
Interesante ver cómo la gente pagaba fortunas por algunos pigmentos o tintas, cómo eran difíciles de conseguir o procesar y cómo con la dichosa modernidad todo se fue al traste, porque con los nuevos procesos industriales varios de los tintes se obtenían muchos más baratos y con buena calidad (siglos 18 a 20). La demanda de colores naturales cayó fuertemente.
Algo que noté, además del tono a veces poético de la narración, es que la autora todo lo ve desde una óptica imperial y así sus fuentes de información son preponderantemente de la metrópoli y de sus ex-colonias (Australia, India, etc).
Otro punto es que involuntariamente la autora nos da un recuento minucioso de cómo los súbditos del Imperio trataron a toda costa de robar o sustraer en varios puntos del mundo los secretos de la preparación u obtención de los pigmentos, dado su alto valor en el mercado. Esa expoliación continúa hoy en día con las estrategias para apropiarse de conocimientos ancestrales de pueblos originarios relativos a muchos campos como puede ser los diseños de artesanías, los usos de plantas medicinales, etc.
Me gustó. Las historias y los procesos, así como los usos de los colores.
No me gustó. A veces es reiterativa y puede ser chocante.
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