242. El hombre que amaba a los perros. Leonardo Padura.

Leí esta novela del cubano Padura esperando que no trajera lo que me temía: una discusión bizantina histórica sobre las peleas entre socialistas de la post revolución rusa, que conllevó al asesinato de Trotsky, entre varios millones más. Pero efectivamente, de eso trata.

Una novela compleja, de varios niveles, en la que se entrecruzan las vidas del asesinado y su asesino. Padura es conocido por sus novelas policiacas escritas desde la isla. En esta ocasión, da un salto efectivo para narrar la vida y obra del defenestrado Trotsky, que en la obra casi siempre llama Lev Davidovich, su nombre original (aunque también le dice el renegado, el traidor, etc.), a través de sus destierros en Rusia, Turquía, Francia, Noruega y México.

En el personaje antagonista, borda sobre los motivos que llevaron al asesino, el catalán Ramón Mercader, a tramar el homicidio en conjunto con agentes secretos rusos que seguían las órdenes directas del nefasto José Stalin.

El caso de Mercader es especial, pues durante varios años mantuvo oculta su identidad bajo diversos nombres, los cuales Padura usa para mayor confusión, como Jacques Mornard, Frank Jacson, Jaime López, etc. Mercader fue un comunista que luchó en la guerra civil española y que fue reclutado por los rusos. Esta narración se lleva entre 1930 y 1940.

Por otra parte, en un salto temporal, se teje una historia complementaria, en primera persona, de la vida de un aspirante a escritor, cubano, que habla sobre sus vicisitudes y tragedias personales y que parece mucho autobiográfica.

Las 650 páginas se hacen cansadas aunque la última parte es muy buena. El lenguaje de Padura es preciso y pulido.

 

Recomendable para los que gusten de ficción histórica.

 

 3/5

 

 


 

 

 

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